El verano sigue su curso y por Sotolengo unos turnos van dando paso a otros. Nuestros participantes del 11.2 se fueron hace unos días después de haber compartido unos días geniales y ser parte de esta gran familia, y al día siguiente aparecía un bus con la gente del Rock Camp 11.3 y con nuevas ganas para disfrutar del campamento. 

Para hacer grupo desde el primer minuto y dar tiempo a que a quienes ya se conociesen se saludasen después de un año, hicimos unas dinámicas de presentación y juegos para asociar un nombre a cada cara. 

Después tuvimos las pruebas de nivel para demostrar todo lo que sabe hacer cada músico y poder aprender y exprimir al máximo cada ensayo y cada clase. Cuando acabamos, ya con las tiendas repartidas, hicimos una gymkana y aprovechamos la tarde en grupos. Además pudimos conocer al equipo de Rock Camp (casi) al completo y las instalaciones en las que estaremos los próximos días. 

La primera noche es siempre emocionante, y aunque aún no nos subimos al escenario, les dejamos a los profesores que nos diesen una lección magistral con su propio concierto. ¡Una pasada verles tocar temas increíbles! Justo después se adjudicó a cada cabaña la pareja de monitores que tendrán de referencia. 

Al día siguiente, por la mañana la campa se volvió a llenar de caras nuevas con la llegada de turno Junior 11.4, con sus mochilas enormes y sus intrumentos para pasar la mejor experiencia este verano. Se les veía en la cara que venían con ganas de aprender y disfrutar de la música y la naturaleza. 

Los mayores, por su parte, empezaron con sus clases y talleres para ir cogiendo el ritmo poco a poco.  ¡Hay que aprovechar el tiempo si para aprender sobre todo en este turno! 

Y por la noche, ya por fin sonaron nuestros instrumentos en la Carpa Escenario. Era la Free Jam, un concierto donde las personas que se animan, se juntan para formar una banda y tocar un tema que les apetezca. Conclusión: ¡Lo bordaron!  Incluso los Junior pudieron disfrutar de alguna de las actuaciones después de su velada