Aunque la fe les había hecho creer en sí mismos como filósofos estoicos dispuestos a aguantar el vaivén de las olas, nadie podía imaginar lo que se les venía encima después de publicar su debut, el clásico Ten (1991). Pero Pearl Jam no se amilanaron ante la vorágine y parieron poco después Vs.(1993), el disco clásico del que hablamos hoy y que acaba de cumplir 25 años.

Todos querían triunfar haciendo música, de eso no hay duda. Sin embargo, el éxito descomunal que trajo su disco debut era algo para lo que nadie podía estar preparado: millones de copias vendidas, sold-outs allá por donde pasaran, ser considerados una de las mayores referencias de la explosión del grunge, hasta el punto de que en la revista Time les usaron para ejemplificar a toda su generación….(ver portada aquí) Y eso les llevó a sitios donde no estaban cómodos.

Para el siguiente disco contaron con Brendan O’Brien como productor, en busca de un sonido más suelto y más crudo, evitando en la medida de lo posible repetir el sonido radio-friendly de su anterior álbum. Además, la mayoría de las canciones surgió de jams en las que la banda grababa todo en directo y se construían a partir de ahí. Eso hizo que el sonido variara y adquiriera matices de otros estilos, como el folk acústico que vemos en “Daughter” (escúchala aquí) o “Elderly Woman Behind a Counter in a Small Town” (escúchala aquí) o el funk en “Animal” o “Rats”, y no todo recayera en sonidos rock y punk producto de los arreglos de Stone Gossard y Jeff Ament, como ya había pasado en el disco anterior. Este álbum tiene trallazos como “Go”, “Dissident” (escúchala aquí) o mi favorito “Rearviewmirror”. No obstante, el método de composición y grabación se le hizo muy incómodo a Eddie Vedder, cantante que ya estaba incómodo por toda la atención y la presión que la fama y el éxito le habían colocado encima (buen ejemplo de ello es “Blood” (escúchala aquí), ya que pocas veces había gritado con tanta rabia contra algo). Esta situación desembocaría en una revolución compositiva que eclosionaría en “Vitalogy”, el siguiente disco de la banda. Pero eso es una historia para otra ocasión.

En resumen, un disco de una banda mítica que, si bien no alcanza la perfección de otros momentos, tiene tal cantidad de himnos llenos de rabia que es imposible no admirarlo y valorarlo. ¡A darle caña!