Hoy toca analizar uno de los lanzamientos más destacados de las últimas semanas. Estamos hablando del Mtv Unplugged de Biffy Clyro. Un formato que les ha sentado de maravilla. aquí os lo contamos.

En 1994, cuando aún estábamos viviendo el trauma que supuso la muerte de Kurt Cobain, se publicó su Mtv Unplugged in New York (1994), y cambió totalmente el panorama de lo que se estaba haciendo en la música en ese momento. No era el primero, pero sí fue el que más impacto produjo. Ya de entrada, supuso el principio del fin de la nueva ola que era el grunge, pues estos conciertos acústicos enfatizaban la parte melancólica de estos grupos en detrimento de la agresiva. De hecho, se convirtió en una moda y en los siguientes años todo grupo grande que se preciara debía investigar su faceta acústica, con resultados mejores o peores.

Y aunque no existieran en esa época, es innegable que uno de nuestros grupos de cabecera, Biffy Clyro, ha mamado sin medida estos formatos y ahora, siendo una de las bandas de rock alternativa más grandes del mundo, se han permitido el capricho de remedar a sus ídolos con su propio desenchufado. Y aunque la sensación general es que podían haber ido algo más lejos en la transformación de sus canciones, han parido un concierto en acústico más que digno.

De entrada, la selección de canciones ya es una declaración de intenciones. El trio de escoceses que más se parecen a James McAvoy (pinchad aquí y lo entenderéis) han escogido de sus canciones más icónicas aquellas que podían funcionar mejor, y lo cierto es que lo hacen. No hay por lo tanto un gran ejercicio de transformación, pero sí hay arreglos deliciosos que encajan con la belleza del escenario en el que se sentaron. Sobre todo destacaría “Black Chandelier”, “Drop It” o “Many of Horror”, y la recuperación de “Folding Stars”, una de mis favoritas de siempre.

Aprovechan también para tocar una canción nueva, “Different Kind of Love”, a la altura de su producción, y honran la tradición de los unpluggeds haciendo una desnuda versión del “God Only Knows” de los Beach Boys.  Aunque el final es siempre lo mejor: “Machines”, una de las canciones más bonitas que se han escrito con 3 acordes, no suena especialmente diferente, pero al escucharla en vivo puedes notar el ambiente de tristeza que impregna al público y a la banda.

En definitiva, es más un registro de lo que son que un paso adelante como banda, pero eso no tiene por qué ser malo, sino que viene y bien como punto y aparte en su discografía. A los que ya les gustan lo disfrutarán, y a los que no los han descubierto es una buena puerta de entrada. Aprovechad que está abierta.