Lo de la primera noche del Mad Cool 2017 es algo que tardaré tiempo en olvidar. Por fin se alineaban los astros para poder ver en directo a una de mis bandas de cabecera, los ya míticos Foo Fighters. Y no solo cumplieron mis expectativas si no que las superaron ampliamente.
El día comenzaba con una lluvia torrencial que me acompañaría todo el viaje desde Rock Camp hasta Madrid. El miedo a que suspendiesen el evento era cada vez mayor a medida que me acercaba a la capital. Pero al llegar, rápidamente leí los mensajes de la organización del festival diciendo que no se suspendería nada. Y además el pronostico del tiempo anunciaba una pequeña tregua durante el concierto, así que el plan era mojarse un poco y después poder disfrutarlo al máximo sin lluvia. Pero esos astros que os comentaba al principio hicieron que todo aún fuera mejor y durante las horas que estuve en el festival, desde las 20:00 aproximadamente, no cayese una gota y pudiese disfrutar del concierto de los Foo Fighters sin problema. Ya dejo de contaros mis aventuras previas aunque darían para una entrada completa. Solo que sepáis que el viaje hasta la caja mágica dentro de Madrid lo hice en un coche eléctrico de alquiler (que al final se convirtió en dos) y fue digno del GTA. Pero lo dicho, eso es otra historia.
Llegué al festival acompañado por un gran amigo y rápidamente nos juntamos con una gran tropa de monitores y ex-acampados del Rock Camp que vibramos juntos con los Foo Fighters. Fue una pena no poder ver el concierto de The Lumminers ni el de Quique González que debió merecer mucho la pena. A cambio pude conocer a los Foals, una banda que me convenció y me recordó a una mezcla entre The Killers y Editors que tengo ganas de investigar. Tampoco pudimos disfrutar de Paracusia, la banda en la que canta Malena Fernández, monitora de Rock Camp y que tuvo la mala suerte de coincidir en hora con los Foo Fighters que además empezaron bastante puntuales.
A partir de aquí voy a analizar el setlist al dedillo. Al que no le apetezca leer tanto, que salte el párrafo y se quede con la siguiente palabra: PERFECCIÓN.
Los Foo Fighters comenzaron el concierto con tres temas que bien podrían haber servido para cerrarlo. La terna «Everlong», «Monkey Wrench» y «Learn To Fly» nos hizo ponernos como motos y como dijo un chico que estaba junto a mi, poder empezar así se resumía en una palabra hacía los Foo: RESPETO. Pocas bandas tienen un repertorio tan amplio y de tanta calidad. Y es que la banda de Dave Grohl puede que sea uno de los últimos pilares del Rock que siguen en activos. A partir de ahí supieron jugar con toda su carrera. Cayeron temas como «Something From Nothing» y «Congregation» del Sonic Highways (2014), que sigo recomendando escuchar después de ver su serie documental ya que es una obra multidisciplinar que gana muchos enteros al verla y escucharla completa. Pero también cayeron temas de sus primeros años como «Big Me», «My Hero». Pepinazos cañeros como «The Pretender» y «All My Life» e incluso sorpresas como el «Cold Day In the Sun» con el batería Taylor Hawkins a la voz. Los medios tiempos épicos como «Walk» y «Times Like These» se unieron a temas más tranquilos como «These Days» (no me la esperaba y me hizo especial ilusión) y «Skin and Bones» (un pelín fuera de lugar en el setlist) que nos dieron cancha para respirar un poquito. En el final de nuevo pisaron el acelerador con un «White Limo» dedicado a Lemmy, otra sorpresa que en directo suena potentísima como «Arlandria», «Rope» que en su momento marcó la entrada en la madurez de la banda y un «Wheels» (con Grohl casi solo a la guitarra). Para terminar y olvidándonos de bises absurdos llegaron su nuevo tema «Run» que consiguió hacer bailar a ritmo de un reggeton rockero a todo el festival (sí, habéis leído bien, reggeton); «This Is A Call» como queriendo hacer una llamada a todo el mundo a seguir creyendo en el Rock&Roll y por último un «Best of You» que siempre hace desgañitarse a Grohl y al público. El colofón perfecto al concierto.
La banda estuvo espectacular, Dave Grohl como siempre siendo el mejor líder que puede tener una banda de Rock; Taylor Hawkins entregándose a la batería y haciendo unos coros de lujo; Nate Mendell creando una base rítmica imprescindible; Pat Smear con su permanente sonrisa y su arte a las 6 cuerdas; Rami Jafee a los teclados que ya es parte fundamental de la banda; y Chris Shiflet, el guitarrista más dotado de los 3 que hay en la banda que además destila estilazo sobre el escenario.
Como pegas solamente decir que en algunos momentos el sonido tenía idas y venidas, muy probablemente provocadas por el viento; y que las pantallas laterales estuvieron estropeadas por el tormentón previo. Pero nada que evitase disfrutar de uno de los shows del año. Además el sonido fue comedido en cuanto a volumen, cosa que permitió disfrutar del concierto y que nuestros oídos no sufriesen. Algo de agradecer hoy en día.
Estoy deseando volver a verlos en directo. Si tenéis la ocasión no la dejéis pasar, estamos ante una banda histórica que está en su mejor momento y de las que quedan ya muy pocas que se pueden contar con los dedos de una mano.
Gracias Foo Fighters por mantener la llama, por seguir haciéndonos creer en el Rock.
Entrada realizada por Javi Miralles, Coordinador de Rock Camp.