Continuamos presentando los proyectos de ex-acampados de Rock Camp. Hoy es el turno de Altair, banda de screamo/post-rock en la que toca la batería Diego Arnanz.

Altair comenzaron como un proyecto de 3 amigos en Madrid. La banda comenzó siendo más bien un hobby, quedaban para ensayar menos de dos veces al mes y tocaban covers de grupos de Alt-Rock y Post Grunge, hasta que después de muchos meses y muchos cambios en la formación comenzaron a componer sus propios temas y a tomarse el proyecto a un nivel más profesional. La formación actual de la banda es un quinteto (batería, bajo, dos guitarras y voz)

A primeros de 2017 lanzaron su primera demo de forma completamente autónoma o DIY y comenzaron a dar conciertos en pequeñas salas de Madrid. Ese mismo año su bajista abandonó la formación en mayo y sufrieron un parón muy largo mientras buscaban substituto. En ese tiempo pudieron componer el Ep de 4 temas que acaban de sacar el 19 de enero, La Herida Renace en tus Manos (2018). Este trabajo, a diferencia de la demo de 2017, ha sido grabado y producido en estudio a un nivel profesional.

Actualmente se encuentran más activos que nunca con la salida de dicho Ep, con conciertos reciente en la Wurlitzer Ballroom de Madrid y en la sala Arrebato de Zaragoza en diciembre. Ahora mismo están cerrando numerosas fechas en diversos lugares de España.

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El PASO DE DIEGO POR ROCK CAMP

-Años de asistencia como acampado : 3 años como acampado (2013, 2014, 2015) y 1 año como monitor en prácticas (2017)

-¿QUÉ RECUERDAS DEL CAMPAMENTO?: si tuviese que resumirlo en los recuerdos más importantes diría que me acuerdo muchísimo de la ilusión con la que me despertaba todas las mañanas con la música de la megafonía (aunque salir del saco siempre cuesta). No parece gran cosa pero recuerdo la emoción que sentía al pensar en la cantidad de cosas geniales que iba a hacer ese día, aún sin tener ni idea de cuáles iban a ser. Recuerdo mucho cómo me ayudaban y animaban los profesores de instrumento y monitores que tuve, y la paciencia que tenían todos para enseñarnos y llevar a cabo todas las actividades (ahora que también he pasado por la experiencia de ser monitor, aunque de prácticas, valoro muchísimo eso). Cuando el último día del campamento hacía balance de todo lo que había aprendido, todos los amigos que había hecho y la cantidad de cosas que había compartido con ellos, la sensación era increíble. Tengo infinidad de recuerdos pero para mí estos son los más importantes porque resumen lo bien que me sentí siempre en el campamento.

-¿QUÉ TE APORTÓ EL CAMPAMENTO?: Rock Camp me aportó conocer a un montón de personas increíbles y llevarme un buen puñado de buenísimos amigos conmigo. Me aportó conocer por primera vez y de primera mano cómo funciona la industria de la música, y todos los factores que uno necesita conocer si quiere adentrarse en él (muchas de las cosas que aprendí en el campamento me han servido a nivel personal, tanto en mi grupo como individualmente). También por supuesto me aportó unos conocimientos de batería, lenguaje musical, composición, etc. que han sido claves para mi posterior formación. Y para terminar, diría que el campamento me aportó una serie de valores siendo adolescente que ahora considero básicos, basados siempre en el respeto a los compañeros, profesores, monitores, artistas y también, importantísimo, al medio natural.