Si hace un par de años me comentan que iba a tener el privilegio de ver en directo a los «auténticos» Guns N’ Roses, no me lo podría creer. Pero si hace 20 años me lo hubiesen dicho seguramente mi respuesta hubiera sido «no en esta vida».
Nada más lejos de la realidad. Cuando hace un año se gestó la reunión de Axl Rose con sus ex-compañeros fundadores Slash y Duff McKagan (ellos son la personificación del Rock&Roll), saltaron todas las alarmas y los millones de fans de los Guns nos pusimos alerta. Es verdad que siguen faltando Izzy Stradlin y Steven Adler. Especialmente la falta del primero de ellos es dolorosa puesto que es parte fundamental de los mejores temas de la banda, el alma de los Guns. Pero también es verdad que ya en la mastodóntica gira de Use Your Illusion (1991-1993) no estaban en la banda, por lo que tiene cierta parte de lógica. Para no mojarse han obviado a fundadores y substitutos (Matt Sorum y Gilby Clarke), y han tirado por el camino del medio confirmando a Richard Portus y Frank Ferrer, los 2 vinculados a la penúltima encarnación de los Guns; fichando a Melissa Reed como teclista y coros; y por supuesto ratificando al sempiterno Dizzy Reed, que lleva en la banda desde 1991. Una banda compacta que puede dar muchas alegrías en un futuro cercano, la primera de ellas esta misma noche.
La tarde se presentaba con nervios. Poder ver a unos ídolos de tu juventud que pensabas que nunca verías hace que se te mueva algo por dentro. Los aledaños del Vicente Calderón se llenaban de camisetas con el mítico logo de la banda y los puestos oficiales hacían el agosto vendiendo las nuevas por la friolera de 35€ (un día es un día). El público en su gran mayoría oscilaba entre los 30 y los 50 años, pero también se notaban muchas caras jóvenes que hacían del concierto un evento intergeneracional. Me sigue emocionando ver a padres con sus hijos acudiendo a este tipo de conciertos, transmitiendo el legado del Rock. Ese legado que nosotros también intentamos transmitir en nuestro campamento.
Me quedé con las ganas de ver a Tyler Bryant & The Shakedown y especialmente a Mark Lannegan, pero me fue imposible. Lo dejo en conciertos pendientes, ya que Mark es un tío que desprende talento y su directo tiene que estar muy bien (aunque creo que mejor en un sala de medio aforo).
Los Guns N’ Roses no empezaron puntuales, pero tampoco nos hicieron esperar. ¿Cómo? Pues empezaron con 10 minutos de adelanto. Me gustaría ver al Axl Rose del 1992 viendo al del 2017 a ver qué pensaría, cuando hacía esperar hasta hora y media a su público. ¡Cómo cambian las cosas!. El concierto duró casi 3 horazas (2 horas y 50 minutos para ser exactos) y repasó todos los grandes éxitos de la banda. Comenzaron con dos trallazos como «It’s So Easy» y «Mr. Brownstone» que pusieron el Calderón patas arriba. La calma relativa llegó con «Chinese Democracy«, canción que junto a «Better» y «This I Love» creo que podrían ahorrarse por ser del disco de los «Axl’s Guns N’ Roses» y sinceramente bajar algo la calidad, pero que entiendo que alimenta el ego de Mr. Rose. Pero rápidamente volvimos a lo bueno con un «Welcome To The Jungle» que hizo botar a todo el estadio y enlazó con la cañera «Double Talkin Jive» en la que Slash tomó protagonismo. En estas primeros minutos hubo algunos problema de sonido (algo típico en estos grandes conciertos en el Calderón) que se solventaron a medida que avanzó el concierto.
A partir de aquí llegaría la parte más épica con un temazo como «Estranged», «Live And Let Die» (que justo un año antes tuve la suerte de ver interpretada por su compositor, Paul McCartney), «Rocket Queen» y la que es una de sus mejores canciones y más cañeras, «You Could Be Mine«. Ese fue el momento en que apareció la vena más Punk del grupo con la versión del «Attitude» de los Misfits cantada por Duff. Axl aprovechó así para descansar la voz. Un voz que demostró que está en un estado privilegiado para la edad que tiene. Sinceramente no pensaba que fuese a hacer un concierto tan bueno y aunque en algunos momentos se reservó, demostró que su voz está en un estado de forma equiparable al de su mejor época (y eso que han pasado 25 años).
La épica continuó con «Civil War», que en España siempre adquiere algo especial por nuestra Historia. Siguieron con un bello homenaje al difunto Chris Cornell tocando «Black Hole Sun» y tuvieron tiempo de desempolvar una rareza en directo como es «Coma» demostrando que el fondo de armario de los GNR es de una calidad abrumadora. Llegó el momento de Slash con un guiñó al padrino del Rock, Chuck Berry, que también falleció recientemente y que enlazó con su clásico solo de la BSO de El Padrino y continuó con el archiconocido «Sweet Child O’ Mine» que hizo de nuevo vibrar al estadio. Así enlazaban el largo (gracias a los dioses del Rock) sprint final con una cantidad y calidad de temas increíble: la enérgica «Out To Get Me» fue continuado con una excelente versión a dos guitarras del «Wish You Where Here» de Pink Floyd entre Slash y un Richard Fortus que terminó de ganarse al público por su calidad y por esa pose que tan Guns, mezclando un poco de Izzy con un poco de Gilby y con un aire (por su físico) a Ron Wood de The Rolling Stones. Era el turno de la megabalada «November Rain» que sonó grandiosa y fue uno de los momentos culminantes del show que se alargó con su clásica versión del «Knockin’ On Heavens Door» de Bod Dylan y otro trallazo del Appetite For Destruction(1987) como «Nightrain».
Sin parar prácticamente para hacer el pseudo-bis comenzó a sonar el piano de Axl tocando un «Don’t Cry» que sonaba a despedida. Sorprendieron con una versión de un clásico del Rock como «The Seeker» de The Who, que pasará a la lista de grandes versiones de los Guns (se echó de menos el «Simpathy for The Devil» de los Rolling Stones). La balada acústica «Patience» sonaba íntima y parecía estar dedicada a todo el público que pacientemente les ha esperado durante tantos años. Y por desgracia el concierto llegó a su fin con el himno festivo y perfecto para despedirse que es «Paradise City» que confirmó que los Guns N’ Roses han vuelto en su mejor momento, como si no hubieran pasado los años y parece que lo han hecho para quedarse. Ya han anunciado que puede que graben nuevo disco con esta formación. Crucemos los dedos y esperemos que esta vez sí sea en esta vida.
Entrada y fotografías realizadas por Javi Miralles, Coordinador de Rock Camp.
No te perdiste gran cosa de mark lanegan. Al fondo del escenariomar, sinya saludar ni interactuar con el publico.
Tyler Bryant sí que estuvo a la alturavuelta, interpretando susel musica y hablandole al publico.
El concierto de gnrla, una pasada.