Hace unos días pudimos disfrutar del directo de una de las mejores bandas del Rock que hay en la actualidad: The Brew. Aquí tenéis la crónica de un conciertazo.
Eran las 9 de la noche del viernes 7 de abril y un buen grupo, entre ellos varios monitores y ex monitores del Rock Camp y redactores de este blog, nos habíamos juntado para tomar algo antes del concierto de The Brew. Comentábamos las ganas que teníamos de verles (para varios era la segunda o tercera vez, yo era el único virgen) mientras se nos mezclaban otros temas mundanos, propios de gente rondando la treintena y sus rutinas habituales. Que si le otro día casi me mato jugando un partido, que si qué tal el viaje con tu novia, que si éste va a venir o no al final…. Veo ahora esos momentos como la calma que precede a la tormenta, el momento previo a algo muy grande. Como aficionado al rock pasa uno por muchas etapas, pero sin duda todo viejo del rock sabe reconocer esos momentos en los que escuchas el disco que te cambia la vida, te aficionas a una banda que te marca o vas a un concierto que sabes que recordarás siempre. Pues bien, si soy sincero conmigo mismo diré que este concierto entra en mi propio álbum de recuerdos imborrables del rock.
Rondando las 22.30 tres tipos, con más cara de ingleses que un grupo de aficionados del West Ham United, suben al escenario de una Porta Caeli no llena hasta la bandera, pero sí muy concurrida. Y sin saber cómo, el milagro se produce: durante más de hora y media volvemos a ser creyentes de esa religión que es el rock, dándonos toda una lección de lo que debe ser un power trio. Se les ve el plumero con sus raíces blues, pero demuestran que no tienen miedo a usar ritmos pesados, acercándose en ocasiones al stoner. Cabe destacar que The Brew no suena en las radios, y que si han logrado alcanzar poco a poco el status que tienen es a base de tocar en directo constantemente en salas como ésta, demostrando ser todos unos obreros del rock. Parece que dejan de girar nunca, y eso explica por qué suenan tan rematadamente bien: contundentes, detallistas y llenando toda la sala aun siendo solo tres músicos. Menos es más.
Presentaron su nuevo disco con temazos como el homónimo Shake the tree o el vacilón Johnny Moore, recuperaron temas del pasado llenos de feeling como A Million Dead Stars o Kam, y no se olvidaron de reivindicar los setenta con temas como Repeat. Alguno de nosotros comentó que era como ver a Led Zeppelin. Otro respondió “pero sonando mejor”. Ahí es nada.
El batería Kurtis Smith (hijo del bajista Tim Smith, que parecía el típico tío rockero enrollado que hay en todas las familias, al que se le escapaban miradas llenas de orgullo por su retoño) nos deleitó con un solo de batería para el que me tuve que subir a una silla: no me podía perder ni un redoble.
El concierto acabó con el trío inglés jugueteando con temas clásicos como el tema homónimo de Black Sabbath o el «Break On Through» de The Doors, porque ellos pueden. Y aunque nos recordaron que a algún vecino le molestaríamos con el ruido y que si por él fuera pulsaría el botón de Mute, a nosotros que nos pillen bailando. Siempre.
P.D.: además, son más majos que las pesetas. Al acabar estuvieron haciéndose fotos y charlando alegremente con todo el mundo. Con detalles como estos, normal que arrasáramos en el merchandising, que parecía que no nos cabían en los brazos las compras.
Con el siguiente vídeo os podéis hacer una idea del poderío en directo de The Brew:
Entrada realizada por Fran García Crespo, Monitor de Rock Camp.
¿Con que suenan mejor que Zeppelin se refiere a la calidad del sonido en directo o a la calidad de los músicos? Espero que no suene mucho a fan defendiendo a su grupo, no es mi intención