Un año más Barcelona se ha convertido en capital mundial de Progresivo y un año más muchos peregrinamos al Poble Espanyol para presenciar la cuarta edición del festival Be Prog! My Friend, que se presentaba tan prometedora como las anteriores.
Caligula’s Horse fueron los encargados de dar comienzo a esta edición del festival y, si bien su propuesta musical no se diferencia demasiado de la de decenas de bandas de metal progresivo actuales, son innegables su talento y calidad, que se vieron potenciados por el excepcional sonido que nos brindó el Poble desde el primer minuto. Siguieron Animals As Leaders, “los relojeros de las ocho cuerdas”, quienes sacudieron a la gente con su enérgico djent jazzero instrumental haciendo alarde de su hipnótica y casi sobrehumana técnica. Una de las actuaciones más esperadas era la de Mike Portnoy’s Shattered Fortress, interpretando la Twelve-Step Suite, escrita por él en su antigua banda, Dream Theater. Y lo hizo rodeado de los geniales Haken y Eric Gillette, guitarrista de la Neal Morse Band. Fue como escuchar a Dream Theater en su edad de oro, 20 años atrás. Tampoco faltaron temas del aclamado “Metrópolis pt2: Scenes From A Memory”, una de las grandes obras maestras de la banda estadounidense. Llegó el turno de Marillion, primeros cabezas de cartel. Como primer apunte, debo decir que nunca han sido una banda cuyo material de estudio me haya terminado de gustar, y confieso que suelen resultarme tediosos. Sin embargo dieron uno de los mejores conciertos que he tenido el privilegio de presenciar en mi vida. Una ejecución y un sonido perfectos así como un show memorable. La primera jornada del festival cerraba con Ulver, quienes sumieron la plaza del Poble en un colosal espectáculo de luces y sombras. Proyecciones, focos, láseres, humo… la banda de música experimental encabezada por Kristoffer Rygg constituye un vivencia completa que entra a través de los oídos y la vista.
La segunda jornada comenzó con una enérgica actuación de los madrileños Jardín De Lacroix, quienes representaron al progresivo nacional en esta edición, dejando el pabellón realmente alto. Ciertos problemas técnicos retrasaron el comienzo del show de Devin Townsend, quien procedió a charlar con el público con su consabido sentido del humor, llegando a realizar un monólogo de quince minutos que arrancó las risas de todos los asistentes. No todos son capaces de tener a más de dos mil personas entretenidas durante tanto tiempo. Arreglado el fallo procedieron a interpretar su álbum “Ocean Machine: Biomech”(1997) íntegro: una detonación de energía. Anathema ofrecieron el show más flojo de todo el festival ya que tuvieron que lidiar con el peor sonido de los dos días, estropeando la conmovedora atmósfera que crea su música y dejándonos a muchos con un regusto amargo. Llegó el turno de los míticos Jethro Tull, leyendas vivas del rock progresivo, quienes nos deleitaron con muchos de sus grandes clásicos. Los años pasan factura y es innegable que Ian Anderson tiene ciertas dificultades a la hora de cantar. Sin embargo, defiende las canciones con uñas, dientes y sobre todo con mucha dignidad. Su maestría con la flauta travesera, sus carismáticas dotes de frontman y el espectacular conjunto de músicos que le acompañan hacen el resto. Finalmente tocaron los noruegos Leprous, quienes cerraron el festival con un magnífico show cuyos temas habían sido votados por el público en las redes sociales, rescatando canciones de su catálogo que hace años que no interpretaban. Sin duda su mejor concierto de cuantos he podido ver. Impecables.
Es posible que esta haya sido la mejor edición de todas las que he presenciado de este festival, con un sonido sorprendentemente bueno y diez bandas de una calidad desbordante y de estilos muy variados. Y eso es lo que hace especial al Be Prog, que une a bandas tan diversas que tienen en común ese matiz que llamamos Progresivo.
Entrada realizada por Progstureo