Hoy conoceremos a una de las maravillosas anomalías de la Historia del Rock: The Black Crowes. Nadie habría dado un duro porque una banda como ellos hubiera triunfado en el momento en el que lo hicieron. Formados en 1989, parecen metidos con calzador entre dos momentos antagónicos: el del auge y caída del glam-metal y el heavy de peluquería y el de la honestidad brutal de los jóvenes seattlemaníacos que miraban al suelo mientras se arremangaban sus camisas de cuadros para tocar mejor unos instrumentos que después romperían en orgías de rabia. Sin embargo, aunque parezca el doble de difícil, ahí aparecieron ellos.
Siguiendo la tradición de sus adorados The Rolling Stones, comenzaron haciendo versiones de viejos standards de blues y clásicos del rock y el soul setentero, hasta el punto que en su disco debut versionaron a Otis Redding y su “Hard to Handle”. Su sonido siempre ha sido una poderosa mezcla de rock clásico con sonidos del sur norteamericano, ya sea folk, blues del delta o country. Además, su reputación como “la banda más rock and roll de todas las bandas de rock and roll” hizo que se sumaran cada vez más seguidores a sus conciertos, que siempre eran diferentes y en los que caían temazos como este:
Liderada por los hermanos Robinson, Rich y Chris, fueron unos auténticos genios musicales, aunque como todos los hermanos del rock (véanse feudos como los de Oasis, The Kinks o The Beach Boys) las relaciones entre ellos no fueran buenas en la mayoría de las ocasiones. Celos, envidias y discusiones constantes (con frecuencia llegando a las manos) lastraron a este conjunto. Una pena, ya que sin estas desavenencias puede que aún disfrutáramos de canciones tan llenas de feeling como estas:
Si te pica la curiosidad, no dudes en echarles un vistazo.
Entrada realizada por Fran García Crespo, Monitor de Rock Camp.
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