Hoy os traemos un disco de la semana muy interesante. Hablamos de Air (2018), el segundo disco de Morgan, uno de los grupos revelación del panorama indie de los últimos años.

Escuchar a grupos como Morgan te obliga a hacer un elogio de la lentitud como forma de hacer las cosas. Como un buen vino que necesita del tiempo adecuado para reposar en barrica y así saber a lo que tiene que saber, para poder paladearlo con gusto, con una luz tenue y descubriendo las sensaciones que te provoca en el paladar, así son Morgan.

Después de debutar hace un par de años con North (2016), sorprendiendo a propios y extraños, pasamos página al segundo capítulo de su discografía, al que han dado en llamar Air (2018). Aunque el sonido es claramente continuista, los nuevos matices se perciben desde la portada: toda blanca, que contrasta con la oscuridad del anterior álbum. Y es que así es “Air”, más luminoso y positivo, aunque igual de calmado y mimado.
Las 9 canciones del corte comienzan con “Planet Earth” donde ya percibimos que su buen gusto a la hora de escoger qué arreglos meter se mantiene intacto. El tema crece y decrece en intensidad según le toca y prepara el camino para “Oh Oh”, algo más movida y con una cadencia interesante. Seguimos con el melocotonazo funky que es “Another Road (Gettin’ Ready)”, donde han mirado a Chic sabiendo distinguir muy bien qué es homenaje y qué es plagio.  

Y llegamos a uno de los puntos álgidos del disco, la única canción en castellano, “Sargento de Hierro”. Siempre defenderé que un artista puede hacer lo que le dé la gana con su arte, sin atender a lo que los demás en nuestra burbuja inflada de autobombo creamos que podemos decretar. Y en concreto, si Morgan siguen cantando la mayoría de sus canciones en inglés, no podré menos que aplaudir. Peeeeeeeero lo que me pasa es que sus canciones en inglés me encantan, pero cuando se pasan a nuestra lengua me emocionan en lo más profundo. En este tema, al igual que pasa en la última “Marry You”, la voz de Nina nos llega a esa parte de nuestra piel que se eriza en el acto cuando algo nos toca la tecla adecuada. Y cuando Nina usa ese don que tiene de emocionarte, sólo nos queda agradecer que Morgan existan, independientemente del idioma que canten.

Después de este subidón emocional vienen “The Child”, el jugueteo con el rock más rítmico de “Blue Eyes”, los perfectos arreglos de “Be a Man” y la alegría despreocupada de “Flying Peacefully”. Y aunque disfruto enormemente de las guitarras de Paco (este es un disco para guitarristas gilmourianos) y de que cada instrumento está en su sitio, y que se han animado cada vez más con las cuerdas y los vientos, me sigo quedando en ese oasis de canción que es “Sargento de Hierro”. Será que me hago viejo.