Hoy os traemos el último disco de los navarros Berri Txarrak, una pequeña obra maestra llamada Infrasonuak (2017).

Siempre me han llamado la atención los grupos que consiguen tener carreras largas. En un mundo como el rock, en el que habitualmente se glorifican las carreras cortas de bandas jóvenes que explotan su talento compositivo en unos pocos años, da gusto ver que hay bandas que cuecen a fuego lento su éxito, añadiendo cada vez más especias y matices a la mezcla hasta que ya casi se convierten en un género en sí mismos.
Berri Txarrak son una de esas bandas. Curtidos en el mundo underground desde hace 23 años, su mezcla de metal, punk y hardcore con recordables y coreables melodías pop (hello, Weezer) les han convertido en toda una institución de la música de nuestro país, en un grupo que encaja tanto en espacios indies como el Sonorama como dando tralla en el Resurrection Fest.

Este nuevo disco nace de un momento dulce para la banda, pero también complejo. Después de celebrar sus 20 años como banda con un disco ¡¡¡¡TRIPLE!!!!! Que fue Denbora da Poligrafo Bakarra (2014), ¿qué te queda por demostrar? ¿Cómo puedes superar un proyecto de esa envergadura? Pues básicamente yendo a la base más pura, centrándose en hacer buenas canciones. Así, los de Gorka Urbizu se han marcado un discazo de principio a fin, sin un solo tema de relleno, donde destacan el trallazo que da título al disco «Infrasonuak», los momentos melódicos que nos traen “Beude” o “Katedral Bat”, la caña hardcoreta de “Zuri” o toques de Stoner o Trash Metal. Nada sobra y nada falta, cosa complicada viendo la variedad de sonidos que meten. Destacaría también “Spoiler” como un gran ejemplo de lo que este disco nos ofrece: muchos cambios, muchas posibilidades, pero todas ellas guiadas por la voz de Gorka y la capacidad titánica de los navarros de encontrar la melodía perfecta.

El disco acaba con una canción absolutamente perfecta como es “Zorianaren Lobbya”, la cual nos envuelve en melancolía con su riff sencillo y nos lleva a un nuevo vacío, el de la espera hasta el próximo disco de estos genios.
Sólo le encuentro una pega a este disco: se me hace demasiado corto, apenas son 33 minutos. Así que imaginaos lo entusiasmado que estoy, con el que considero desde ya que es uno de los mejores discos del año.
23 años lleváis, queridos Berri Txarrak. Pero por favor, si vuestra madurez y vejez va a ser así, que sean muchos más.

Entrada realizada por Fran García Crespo, Monitor de Rock Camp.