Hoy, después de haberlo madurado durante dos meses porque tenía mucho matiz que escuchar, os traemos la crítica de “Nuclear” (2019), nuevo disco de Leiva. Esperemos que os guste tanto como a mi.
Con “Expertos” arrancamos y lo primero que llama la atención es el sonido de guitarras. Nítidas, con ese deje de Telecaster y con el overdrive justo, suenan absolutamente perfectas. La composición me recuerda a unos The Who ralentizados hasta que se deja llevar por la psicodelia del final. Gran comienzo. “Superpoderes” nos trae a los Pereza de “Aproximaciones”. El estribillo de casi una sola palabra, “siempre”, se te queda a la primera. Y es que la habilidad que tiene Leiva para hacer estribillos sin mácula es probablemente su mejor baza. Y él lo sabe, y la usa con mesura. Continuamos con uno de los singles, “No te Preocupes por Mí”. Curiosamente, tengo la sensación de haber escuchado esta canción previamente en la carrera del de Alameda de Osuna. Todo está en su sitio, la letra me gusta, me encaja, el estribillo sube y baja como tiene que hacerlo….pero no me engancha. Será que me hago viejo. O que es él quien se está haciendo viejo. Eso sí, audiovisualmente el videoclip es una pasada.
“Maniobras Suicidas” nos lleva inmediatamente a The Beatles. Y es que los 4 de Liverpool siempre han sido una influencia enorme en todo lo que ha hecho Leiva. Eso sí, el estribillo no perdona: cae rápido, contundente y stoniano. Y de repente, cuando tengo la sensación de que ya está todo el pescado vendido, llega “Lobos”, sin lugar duda mi favorita del disco. Probablemente sea la letra menos currada del disco (relata con no mucha sutileza la inquina que le produce su antiguo mánager, que le estafó), pero es puro ROCK, con mayúsculas. Todo en su sitio, vacilona, rítmica, con estrofas que derrochan mala leche y groove y estribillos que te engorilan a saco y que destilan odio y lástima a partes iguales.
Le sigue la canción que le da título al disco «Nuclear», con un rollete íntimo que le aporta la instrumentación electrónica, hasta que entran los ritmos sincopados del puente y volvemos a un gran estribillo, diseñado para cantarlo a gritos. Mola, pero no marca. Pasa algo parecido con el comienzo “En el Espacio”, aunque de nuevo el sonido de la banda es brutal, con esos trémolos octavados que dan una sensación de vivir flotando en el aire. Sin embargo, la letra sí que puede llegar a marcar si has perdido a alguien. Y el otro gran momento del disco llega aquí. Reconozco que es puro revival, pero “Como si Fueras a Morir Mañana” es Pereza de principio a fin, pero mejor. Animada, cañera y con una letra que sin decir nada que no se haya dicho mil veces, pero que te obliga a despegar los pies del suelo.
Es imposible escuchar “Costa de Oaxaca” y no pensar en Sabina, por la sonoridad, las elecciones de léxico mexicano y el estilo pausado pero certero del maestro. Se nota que algo se le quedó de cuando produjo el último disco del jienense. “Godzilla” es un medio tiempo bonito con la siempre reconocible colaboración de Bunbury, aunque me gusta mucho más lo que aporta Ximena Sariñana, a quien desconocía. “A ti te Ocurre Algo” saca su lado costumbrista de amores de fin de semana, y “El Gigante de Big Fish” da un gran cierre íntimo a un álbum expansivo e íntimo a la vez, familiar y nuevo, contradictorio como las historias de amor que nos cuenta el Flaco. Solo espero que no deje de contárnoslas.
Entrada realizada por Fran García Crespo, Monitor de Rock Camp.