Ya llevamos dos días en Rock Camp 11.5 y os queremos contar todo lo que ha ido pasando. Fuera del campamento las cosas van más lentas, pero aquí dentro no hemos parado y cada día da para hacer muchísimas cosas. Aquí os lo contamos.
El viernes por la mañana como Rock Camp pasó del silencio absoluto a los gritos de alegría y de ilusión generados por los reencuentros de los acampados. También había nervios en los que se incorporaban por primera vez al campamento, pero rápidamente se pasaron gracias al buen rollo que se genera desde el minuto cero.
Después comer y de la explicación de las normas del campamento por parte de Félix, el Monitor Jefe de este turno, todo el mundo conoció la cabaña en la que va a pasar el resto del turno. Tras un rato de tiempo libre llegó uno de los momentos que más nervios genera: la prueba de nivel. Todos los acampados pasaron por los profes del instrumento al que se han apuntado para que estos pudiesen ver el nivel que tienen y preparar las clases para aprovechar los días al máximo.
Una vez hechas las pruebas de nivel tocaba hacer la gran Gymkana inaugural en la que mediante juegos rápidos toda la gente que estaremos en Rock Camp 11.4 fuimos conociéndonos y aprendiéndonos nombres de compañeros, monitores y lugares dentro del campamento.
Por la noche los monitores de Rock Camp daban el primer concierto del turno y hacían la inauguración oficial. Fue un concierto intenso en el que hubo música de todos los estilos, incluso una actuación que fue un auténtico show como fue el «Surfing Bird». Sin duda una noche divertidísima.
Al día siguiente tuvimos el primer día real de Rock Camp. Despertamos con música y después de desayunar y ordenar cabañas y tiendas, comenzamos con las clases musicales y las clases de instrumento.
Merendamos a media tarde y después tuvimos la primera sesión de talleres en las que cada grupo de edad tiene un taller concreto y todos los grupos siempre tendrán Estética o Juegos Tradicionales. También tuvimos tiempo de ir a la piscina y de hacer los grupos para la Free Jam.
Pero el día además tuvo algo muy especial y es que desde la noche anterior tuvimos la visita de una vieja acampada (recuerda su paso por Rock Camp pinchando aquí) muy ilustre. Amaia Romero, ganadora de OT y una de las músicas más destacadas del panorama actual, regresaba a la que fue su casa durante dos veranos, allá por 2011 y 2012. El reencuentro con el campamento fue emocionante y Amaia volvió a recordar grandes momentos acompañada de la teclista de su banda, que resulta que es Paula Vegas, monitora desde hace 9 años de Rock Camp. Los acampados pudieron conocer a una ex-acampada que ha triunfado en la música, y que tiene sus raíces en Rock Camp. Sin duda, una visita muy emocionante para todos.
Por la noche llegó el primer gran concierto de acampados en Rock Camp, la Free Jam. Los más atrevidos subieron al escenario a tocar unos temas que quedaron espectaculares. Además, como no podía ser de otra manera, Amaia se quiso subir al escenario a cantar. De nuevo la emoción estuvo a flor de piel.