Ahora que estamos en plena temporada de conciertos en salas, os traemos la crónica del concierto que Valira, el nuevo proyecto de Juan Zanza, guitarrista de La Raíz, llevó a Salamanca el pasado sábado. Toda una sorpresa a disfrutar.
A veces hay que dejarse llevar. Confiar en las personas que van a tu lado, los que te recomiendan nuevos lugares que conocer, nuevos libros que leer o, como es el caso, nuevas bandas que ver. Así nos plantamos en la Sala Potemkim de Salamanca el sábado 2 de noviembre a ver el nuevo proyecto de Juan Zanza, guitarrista de La Raíz, de nombre Valira. Y es que es exactamente esto lo que está haciendo Zanza: dejarse llevar. Desde el parón indefinido de su banda madre, Zanza ha seguido en parte la inercia de la música que llevaba haciendo los últimos 12 años y la ha mezclado con otras influencias que su intuición y buen criterio le iban diciendo, en la elaboración de «Ecos de Aventura»(2019), un disco debut muy sólido que venían a presentar a Salamanca.
El concierto comienza sin dar mucha tregua, con una banda compenetrada y muy preparada: “Vértigo” cae como un torbellino y nos golpea con fuerza, mostrándonos los dientes. Acto seguido caen dos de los singles que han salido del disco: “Guerra Fría” y “Corazones Ambulantes” son la mejor prueba de las armas de esta banda: melodías que se acercan al pop, cantadas con carisma y el flow de alguien que ha asimilado lo mejor del rap, con una base rítmica rockera y acertados toques electrónicos. Juan Zanza supera con creces el examen de pasar de ser un secundario en su banda madre y, aunque gana puntos cuando se cuelga la Stratocaster blanca, se le ve cómodo en su nuevo papel de frontman. Es indudable que el muchacho tiene carisma de sobra y sabe mover a la gente, aunque aún no rompe el molómetro como hacían sus compañeros de La Raíz. Tiempo al tiempo.
La banda va desgranando los temas de su disco, con mención especial a la versión que se marcan de “Lucha de Gigantes” de Antonio Vega, que llevan a su terreno, y esa preciosidad que es “Vega”. Reto a cualquiera a que escuche ese tema sin emocionarse aunque sea sólo un poquito. En “El Animal” se ven también sus mejores influencias urbanas, y las influencias rockeras nos golpean en la cara en un momento en el que la parte melódica del grupo descansa y la base rítmica nos ofrecen un medley en el que destaca el “Bombtrack” de Rage Against the Machine que muy poquita gente reconoció. Una lástima.
En definitiva, a pesar de la tristeza que nos produjo el parón de La Raíz (es curioso como ahora los grupos no se separan, sino que van a un “parón indefinido”), hay vida más allá. Y para disfrutarla todo lo que hay que hacer es dejarse llevar por los “Ecos de Aventura” de Valira.
Entrada realizada por Fran García Crespo, Monitor de Rock Camp.