“En Estos Días Inciertos…” (1996) es el quinto álbum de estudio de Celtas Cortos. Un disco variado, lleno de originalidad sentimiento y letras que te llegan a lo más hondo si te pones a escucharlo de una sentada.
Si bien es verdad que este es uno de los álbumes más rockeros de la banda dentro de ese rock-celta tan suyo, no hay una sola canción que sea parecida y a pesar de su tremenda unidad podemos encontrar un montón de variedad de estilos como el jazz, la rumba, el pop y el ska además del celta y el rock. Es de estos discos que son tan buenos que se convierten en inmortales, en atemporales. Da igual el tiempo que pase, seguirá sonando bien a quien lo escuche independientemente de la época o el lugar.
De las 14 canciones que contiene sólo una se ha convertido en un himno de la banda (y no es “La Senda Del Tiempo” o “20 De Abril”). Me refiero a “No Nos Podrán Parar” (aquí podéis ver a los Rockcampers dándolo todo en Boom). Es un temazo con el que han abierto un montón de conciertos y que habla de ellos mismos como banda, sus orígenes y cómo son. “El Ladrón De Melodías” es literalmente eso: empieza con una melodía que suena sólo con unas pocas notas, hasta que poco a poco se van añadiendo más y puedes escucharla entera al final de la canción. “En Estos Días Inciertos”, la canción que da título al disco, es una de las que contiene más crítica social, cosa no poco habitual en Celtas Cortos. “El Emigrante”, que va en la línea de la anterior habla de la dura situación de la inmigración y es posiblemente la segunda canción más conocida de este disco.
Pero las mejores composiciones, a mi gusto, se encuentran hacia el final del disco precisamente. “Skaparate Nacional” es toda una fiesta, aún con lo certeramente crítica que es, “Irlandusí” es una de sus canciones más bonitas y más puramente celta que contrasta totalmente con la que le sigue: “Legión De Mudos”, que es seguramente una de las canciones más rockera de su discografía. El álbum culmina con “Ilusiones”, un tema increíble que termina por todo lo alto este gran trabajo con un coro de gaitas.
Como veis, prácticamente he mencionado todas las canciones que hay en el disco, ¡pero es que no hay ni una sola mala! No es lo más rock, no es lo más celta. Pero es uno de los mejores discos hechos en nuestro país, y para mí, uno de los álbumes que más me ha marcado en toda mi vida. Espero que os guste de veras.
Entrada realizada por Pablo Abarca, Monitor de Rock Camp.