Al hilo del último lanzamiento de Vetusta Morla, os traigo la siguiente reflexión: en ocasiones, como melómanos que somos, sufrimos una batalla interior cuando un grupo consagrado y que hemos disfrutado desde hace tiempo saca un disco nuevo. Esa batalla se libra en nuestra conciencia y en nuestro gusto, y tiene que ver con las expectativas que nos hemos generado. ¿Llegarán al nivel? ¿Me conmoverán como antes? ¿Superarán sus discos anteriores?
Más allá de diatribas varias que tienen mucho más que ver con cómo nos sentimos con nosotros mismos y con cómo nos afecta el paso del tiempo, da gusto de vez en cuando encontrarse con un grupo que te revienta lo que pensabas de ellos y, haciendo algo que sigue siendo propio, a la vez consigue que te parezca nuevo.
Esto han hecho Vetusta Morla con Mismo Sitio, Distinto Lugar (2017), profético título que engloba perfectamente todo lo que he escrito antes. De forma interna han enfocado la elaboración del disco de manera antagónica a como lo hacían previamente, trasladándose a los Estudios Hansa en Berlín, mítico lugar donde han sido cocinados algunos de los mejores discos de Bowie o U2, y acabando el disco ahí mismo. Les ha sentado bien este cambio, pues son la misma banda que cambió para siempre el panorama del indie patrio allá por 2008, pero a la vez están en un lugar distinto, al que les llevan las nuevas canciones. “Deséame suerte” es una mezcla perfecta de su sonido con los Beatles más lisérgicos, “23 de junio” funciona como un vals que nos llega a la memoria; nos destrozan con el kraut-rock a lo León Benavente del acertadísimo avance que fue “Te lo digo a ti”; a la vez comprobamos que la capacidad de la voz de Pucho de transmitir aparentemente sin esfuerzo sigue intacta en “Punto sin Retorno” o en “Guerra Civil”, nueva muestra de su habilidad de tocar los temas de la esencia española con elegancia, tacto y poesía.
Sin embargo, si hay dos temas que van a quedar de este disco, son “Palmeras en la Mancha” (puñetazo directo a la mandíbula con un sentido del humor brutal) y “Consejo de Sabios”, un tema con arranque lento al hilo de la que para mí es su mejor canción (“Los días raros”) y que tiene esa forma épica tan suya de hacer temas de largo recorrido en el tiempo y en nuestro mapa emocional.
En resumidas cuentas: han cambiado pero la esencia está. Normal que sigan siendo la banda más grande de ese género de definición tan resbaladiza como es el indie, le pese a quien le pese.
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Consejo de Sabios: ecos de “Los días raros”, esa c
Entrada realizada por Fran García Crespo, Monitor de Rock Camp.