Hoy os presentamos el último álbum de Ethan, uno de los discos con una relación calidad/repercusión más alarmantemente negativa de la última década en nuestro país. Desde este humilde blog tratamos de hacer que descubráis nueva música: ya sea con bandas míticas como Led Zeppelin hasta la banda que os traigo hoy.
Esta banda afincada en Madrid nos presentó en 2016 su segundo disco, autoproducido y editado, fabricado en Sadman Studios en Madrid y masterizado por Mika Jussila en Finlandia, altos rangos del mundo del rock y metal europeo. El disco es un concepto de autosuperación e introspección personal, donde las letras pasan de un conflicto interno o con otra persona y terminan con el “resurgir” de las cenizas de uno mismo.
Instrumentalmente, estamos ante un disco de rock progresivo muy influenciado por los noventa y sonidos ambientales más setenteros. Bandas como Tool, Katatonia o Pink Floyd podrían ser citadas como influencias, pero es justo admitir que gozan de un sonido propio muy bien traído. No os dejéis engañar, el disco es apto para todo oído musical: ni muy complejo, ni muy plano, con dinámicas y un mensaje que puede calar hondo en cualquiera.
El disco abre con unas guitarras ambientales en “Duelo de Orgullo” que son una puesta a punto de la mente, perfectas para la declaración de intenciones que son ésta y “Vuelve a Soñar”. “Ceniza” continúa en la fase negativa de la lírica y da paso a “En el Barro”, a mi parecer, su mejor de tema. Una obra de 7 minutazos donde salimos del fango y vemos la luz al final del túnel, para llegar a “Aprender de Mi” y volar al fin.
Más tarde tenemos el dúo “Inflexión” y “Voces”, dos pasajes instrumentales. El primero es una improvisación ambiental que nos mete en lo más profundo de la música del disco. Nos relaja tras la intensidad previa y deja respirar al disco. Pero, acto seguido, “Voces” rompe en un tempo muy progresivo pero constante, haciéndonos pensar en cómo funciona esta maquinaria. Unos versos cierran el tema para dar paso a “Resiste”, la canción con temática más reivindicativa del disco y que nos recuerda mucho a Rage Against The Machine, aún con el sonido “Ethan” plasmado en él.
En resumen, estamos ante una obra musical con muchísimo gusto, apta para el rockero más clásico o incluso el metalero más extremo. Si os gusta la música, este álbum os encandilará.
Entrada realizada por Diego Solana, Monitor de Rock Camp.