Esta semana viajamos en el tiempo para celebrar el 30 aniversario de uno de los discos más importantes de la Historia del Rock, The Joshua Tree de U2. Este álbum fue el quinto de la banda y supuso catapultarlos a la fama absoluta. Probablemente estemos ante su obra más completa y que encierra algunos temas míticos que acompañarán a la banda toda la vida.
Después de experimentar dentro de su propio estilo con sonidos punk y new wave, con este álbum decidieron acercarse a un sonido más americano. The Edge se empapó de los sonidos más tradicionales como el blues y el folk mientras que Bono se destapó definitivamente como alguien preocupado por la política global y en concreto por la influencia e intrusismo de EE.UU. en las políticas internacionales, especialmente en América Latina. Junto con la consistente base rítmica de Larry Mullen Jr. y de Adam Clayton, los cuatro irlandeses consiguieron una obra atemporal.
El disco encierra temas míticos como «Where The Streets Have No Name», «I Still Haven’t Found What I’m Looking For» o «With Or Without You» de los que poco se puede decir que no se sepa ya. Pero hay mucho más en los 50 minutos que dura, incluso en sus caras B. Así nos encontramos con un pepinazo como «Bullet The Blue Sky» que nos muestra a unos U2 más cañeros de lo habitual; la sentida y entrañable «One Tree Hill» dedicada a un amigo de Bono fallecido en un accidente de moto; la muy querida por los fans «Running To Stand Still«; o la cara B «The Sweetest Thing» que acabó siendo lanzada como single en el primer grandes éxitos de la banda. En definitiva, destacamos todos y cada uno de los temas de uno de esos discos que parecen tocados por una varita mágica desde su concepción.
El disco fue producido como su anterior trabajo The Unforgettable Fire (1984) por Brian Eno y Daniel Lanois con Flood como ingeniero de sonido, que ya había trabajado en los álbumes anteriores y conocía bien al grupo. Todo el sonido del disco intenta ser directo, crudo y clásico, huyendo de la experimentación a la que se dedicarían abiertamente más adelante en su carrera.
Steve Averill diseñó la portada y Anton Corbijn realizó las fotos. Pero el tema de la portada lo dejaremos a un lado para analizarla en nuestras sección Portadas del Rock. Merece la pena.
A este disco le siguió un experimento que unía documental y álbum en uno, Ruttle & Hum (1988) con el que exprimieron al máximo ese viaje por las raíces de la música americana y su propia experiencia en la gira ya como unas de las grandes estrellas del Rock.
Como último dato, deciros que en los próximos meses U2 este año hará una gira conmemorativa de este álbum así que si podéis acercaros a verlos os lo recomendamos.
Aquí os dejamos la canción que abre el disco:
Entrada realizada por Javi Miralles, Coordinador de Rock Camp.