Estoy convencido de que todos los que leéis estas líneas habéis escuchado AC/DC alguna vez. Asimismo, también lo estoy de que muchos sabéis quienes eran los hermanos Young, guitarristas y fundadores de la banda. Sin embargo, hay algo menos conocido, y es el hecho de que Malcolm era el verdadero líder, no su hermano Angus.
Aunque Angus hiciese todos los solos, acaparase todas las portadas de los discos, fuera el único disfrazado, se moviese más que nadie… Malcolm era el auténtico compositor estrella y productor de la banda. Y esto es a nivel de fondo, de lo que no veíamos de AC/DC. Pero, la verdadera magia de AC/DC recaía en la presencia no-presencial de Malcom.
Por ejemplo, en su primer disco High Voltage (1976) (hablamos la de la edición global, no la australiana) podemos comprobar como temas como “It’s a Long Way To The Top” o la archiconocida “TNT” gozan de una constancia en sus riffs que nos hace estar siempre metidos en el tema. Es donde yace el “Roll” del “Rock & Roll” de AC/DC. Y ese es Malcolm, desde la parte de atrás del escenario, pegado al muro de Marshalls, a la derecha del baterista (ya fuese Phil Rudd o Chris Slade) haciendo que los temas de AC/DC caminen por si solos.
Cuando os he dado clases de batería en Rock Camp, siempre os he hablado del ritmo básico de rock como el fundamento de un edificio, siendo la parte más importante que vaya bien (sólida, con tempo y dinámica). El resto, son pisos, ventanas, paredes… Añadidos en general. Pues Malcolm, en la música de AC/DC, era los fundamentos del macro-edificio musical. Simple, tres acordes repitiéndose una y otra vez, pero siempre manteniendo el tempo y el Groove.
Malcom nos sirve como recordatorio de lo que realmente es el rock and roll, se va habiéndonos dado más que suficiente. For Those About to Rock, WE SALUTE YOU!
Entrada realizada por Diego Solana, Monitor de Rock Camp.