Por fin traemos al blog uno de los grupos musicales con gran presente y mejor futuro de nuestro país: Rufus T. Firefly. La (tan a menudo mal catalogada bajo la etiqueta de indie) banda liderada por Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro vienen de lanzar su sexto LP, El Largo Mañana, en el pasado mes de noviembre, y lo están presentando a lo largo de toda nuestra geografía. Si no conocíais este proyecto de antes, estamos seguros de que no olvidareis su nombre tras leer las siguientes líneas.
La banda se formó en Aranjuez en el año 2006, y su nombre está inspirado por el personaje que interpreta Groucho Marx en la película Sopa de Ganso. Desde ese mismo principio, su propuesta musical se sitúa en el rock alternativo, con inclusión de elementos de psicodelia y pop, más evidentes con cada nuevo material. Su primer trabajo, no disponible en plataformas de consumo de música, presentaba lyrics en inglés. Pero sería el único, ya que desde el siguiente, el EP La Historia Secreta De Nuestra Obsolescencia Programada (2011), todas las letras pasarían a estar compuestas en castellano. Más aún destacable es el hecho de que a partir de este trabajo siempre van a contar con la dupla formada por Manuel Cabezalí (Havalina) y Dany Richter, encargados de la producción y la grabación, respectivamente. Y también les permitió fichar por el sello Lago Naranja Records, con el que lanzaron su segundo LP Ø (2012).
Este álbum ya les empieza a hacer sonar en medios especializados, convirtiéndoles en una de las promesas más a tener en cuenta en la escena underground de pop/rock alternativo. Tras publicar un trabajo de rarezas, Grunge (2013), lanzan el que es su cuarto LP de estudio, Nueve (2014), que se convierte por méritos propios en el álbum de confirmación de la banda, demostrando madurez y personalidad en su sonido.
Sin embargo, no supuso una estabilidad asegurada del proyecto a largo plazo. Tras Nueve, todos los componentes del grupo, a excepción de Víctor, Julia y el guitarra «solista» (Carlos Campos) abandonaron el grupo. Consecuencia de ello, y tras conseguir los reemplazos correspondientes, pensaron en poner fin a la banda por todo lo alto, con un conjunto de canciones que estuvieran a la altura de una gran despedida. Las ideas se plasmaron en forma de las canciones de lo que se conoce como “etapa Magnolia/Loto”. Justo se acaban de cumplir 5 años de la publicación de Magnolia (2017), el primero de los 2 álbumes. Lo que desconocían Víctor y Julia es que este disco, al contrario de lo que esperaban, iba a cambiar sus vidas para siempre (por supuesto, en el buen sentido).
Magnolia significó una profundización en la faceta más psicodélica del sonido de la banda, inspirados por Tame Impala o los mejores Beatles. Se tradujo en un éxito rotundo que les llevaría por los mejores festivales de nuestra geografía, salas más grandes, espacios televisivos de amplia difusión, e incluso a tocar en Latinoamérica. Gracias a este éxito, la continuación de Magnolia, Loto (2018), experimentó el mismo seguimiento que su predecesor. Y ambos trabajos gozaron de una despedida a lo grande en el concierto de fin de gira llevado a cabo en la sala La Riviera de Madrid, en abril de 2019, que queda marcado como un hito en su trayectoria.
Y con pandemia entre medias, llegamos a noviembre de 2021, mes en el que han publicado su último y séptimo trabajo, El Largo Mañana. Volvieron a contar con el dúo Cabezalí/Richter a la mesa de sonido (y con la mezcla a cargo de Kennie Takahashi, conocido fundamentalmente por trabajar con The Black Keys o Michael Kiwanuka). El propio Víctor, en las diferentes entrevistas que ha dado para promocionar el disco, señalaba un viraje sonoro inspirado por el soul y R&B de la música de los 70 (Marvin Gaye fundamentalmente), sugiriendo un cambio radical con respecto al sonido de Magnolia/Loto. Si bien se aprecia ese cambio (en parte, por la inclusión de percusión como un elemento fijo en las composiciones), al final no ha supuesto un viraje extremo. Se podría decir que esa inspiración se tradujo fundamentalmente en la manera de tocar los instrumentos, influidos por el desarrollo del “groove”, y no tanto en el apartado tímbrico.
En cualquier caso, han evolucionado su sonido sacando consigo uno de los mejores álbumes de 2021 en el panorama nacional, capaz de mirar por momentos de tú a tú a Magnolia. Antes de su lanzamiento, tuvieron la “audacia” de tocarlo en su totalidad en los pocos conciertos que han podido dar entre verano y otoño, recibiendo el respeto y cariño del fandom por las canciones que aún no habían escuchado. Y actualmente se encuentran inmersos en la gira de presentación del disco (de la cual nos haremos eco en los próximos días mediante la crónica de su reciente concierto en el Teatro Circo Price de Madrid, en el marco del Inverfest).
Desde Rock Camp, le deseamos larga vida a uno de los proyectos más honestos y cautivadores que han surgido en nuestra escena nacional.
Entrada realizada por Daniel Jiménez, monitor de Rock Camp.