Hace un par de semanas tuve la suerte de asistir a la gira 25 aniversario de Images & Words (1993) de Dream Theater. Casi desde la misma fecha de edición de dicho álbum llevo siguiendo a este grupo de genios. Como toda larga relación he tenido mis momentos de pasión y otros algo más fríos. En mi caso la época más querida corresponde a todos sus álbumes de los 90, así que esta gira era perfecta para poderlos ver por primera vez en directo.

La decisión de ir a Milán la tomé ya que de primeras no iban a venir a nuestro país (al final sí que lo harán) y además cuadraba perfectamente con un viaje que tenía planificado a Italia. Y allí me planté en el Forum Mediolanum de Milán  una hora y media antes del inicio del evento para recoger las entradas e ir viendo el ambiente. Había muchísima gente desde muy temprano y fue algo que me gustó especialmente, ya que pude analizar al público y me sorprendí por su diversidad. Había desde señores de de más de 60 años a chavales de 10, parejas, grupos de amigos y gente de toda edad y condición. Esto demuestra que Dream Theater tiene un estatus de leyendas del rock y una capacidad de gustar a muchísima gente, que puede sorprender al hacer una música tan técnica y mezclarla con el metal.

El concierto en sí fue un derroche de virtuosismo de cada miembro de la banda desde el primer minuto. Es impresionante ver a los 5 miembro en directo: Mike Magnini en su batería-jaula que oculta en parte su gran trabajo; Jordan Rudess a los teclados demuestra su calidad como músico en cada tema y se mueve mucho más de lo esperado para un teclista llegando a salir a la parte delantera del escenario con su keytar en un par de ocasiones; John Myung con sus maneras impasibles que se descubren en directo como una cortina de humo, sus manos no dejan de moverse en ningún momento con una técnica al bajo alucinante; algo parecido pasa con el líder de la banda, John Petrucci, que con sus guitarras (bastante feas para mi gusto casi todas ellas) y pedales, consigue sacar a las 6 cuerdas sonidos perfectos a lo largo de todo el concierto y que además hace coros en algunos temas; y por último James Labrie a la voz, que estuvo espléndido dese el primer tema y a pesar de estar en el ojo del huracán, después de una actuación algo desafortunada en Roma, aquí demostró que es un cantante excepcional. Chapó por todos los miembros, de verdad.

En el setlist repasaron algunos de los temas más destacados de su larga carrera. Empezaron muy cañeros con The Dark Eternal Night y con un sonido atronador que duró hasta el final (esa es quizás la única pega que le pongo al concierto). Continuaron con temas de toda su carrera, incluso de su último álbum The Astonishing (2016), con The Gift Of Music y Our New World (no hubiera estado nada mal que invitasen a la artista Milanesa Cristina Scabbia de Lacuna Coil para cantarla con ellos). Otro momento culmen fue su interpretación de As I Am en la que en sus últimos acordes homenajearon el Enter Sandman de Metallica, banda a la que todo Dream Theater siempre ha admirado, por algo será. Y tras 8 temas con hora cuarto de grandes éxitos, un descanso de 15 minutos (sí como en los conciertos de música clásica) llegaba el momento esperado, la interpretación íntegra de Images & Words que encandilaba al púbico y hacía que en muchos momentos, a pesar de estar todo el mundo sentado, nos pusiésemos de pie para entregarnos al máximo. Algunos temas fueron alargados como regalo a los fans y también algún tono bajó levemente, ya que la voz de Labrie lógicamente no es exactamente igual 25 años después. Un homenaje al mejor álbum de su carrera de 10. Para el bis dejaron otra maravilla de su primera época. Un solo tema pero que resume todo lo que Dream Theater ha sido desde su origen. Un tema de 23 minutos, A Change Of Seasons que culminó el concierto de una manera espectacular.

En resumen, un concierto histórico que recomiendo a todo el mundo, incluso si no conocéis a Dream Theater. En mi caso, me acompañó mi mujer sin haberlos escuchado nunca y salió encantada por el show en sí, el virtuosismo de sus miembros y la variedad de temas y estilos que aparecen en esta banda a la que se le encasilla como metal progresivo pero que va mucho más allá.

Entrada realizada por Javi Miralles, Coordinador de Rock Camp.