El pasado fin de semana tocaba volver a ver a Dream Theater en directo y de nuevo en una gira muy especial en la que están presentando su último trabajo pero también recuperando íntegramente su obra maestra Metropolis 2: Scenes From a Memory (1999).
El concierto se esperaba con mucha expectación sobre todo teniendo en cuenta que la banda americana no pisaba Madrid desde 2014 (por aquí os lo contamos). De hecho los editores del Blog nos hemos tenido que mover en posteriores giras por diferentes ciudades como Paris, Bilbao (pincha aquí) o Milán (pincha aquí). Si a eso añadimos la bastante buena acogida de su último trabajo Distance Over Time (2019) y que tocasen íntegro uno de sus discos más queridos, pues os podéis imaginar la ganas que había de disfrutar del concierto.
A las 20:30, con puntualidad británica, comenzó el show. La primera parte del concierto se centró en su último trabajo del que cayeron «Untethered Angel» que abrió el espectáculo; la muy coreada y deudora de los mejores Metallica «Fall Into The Light»; su regreso a los sonidos de su primera etapa con «Barstool Warrior» y la experimental y cañera «Pale Blue Dot». Buena selección de temas que resumen a la perfección la última entrega de la banda. A ellas añadieron dos canciones largas que hacía tiempo que no tocaban: «A Nightmare To Remember» de su disco Black Clouds & Silver Linings (2009) y «In the Presence Of Enemies» de su Systematic Chaos (2007). Todas ellas demostraron la buena forma de los 4 instrumentistas de la banda con un John Petrucci a la guitarra como líder indiscutible de la banda, un Jordan Rudess como segundo al mando que derrochaba técnica y simpatía, y una base rítmica magistral con «el pulpo» Mike Magnini a la batería y «la araña imperturbable» John Myung al bajo. Otro caso es el de James Labrie a la voz, que en esta primera parte del concierto sufrió y mucho, afeando el trabajo de sus compañeros y haciéndonos sufrir a todos con sus esfuerzos por llegar a la notas más altas. En el descanso comentamos todo ésto entre los asistentes y en mi caso llegué a proponer que Dream Theater en un futuro debería plantearse ya no cambiar de cantante si no tener varios vocalistas al estilo de proyectos como Ayreon o Avantasia, ya que si Labrie sigue en esta linea sería una verdadera pena.
Pero cual fue nuestra sorpresa cuando tras un descanso de casi 20 minutos comenzaba la interpretación íntegra de Metropolis 2: Scenes From A Memory (1999) y la voz de Labrie sorprendentemente cumplía y mejoraba con creces lo hecho en la primera parte del concierto. (¿Tendrá un hermano gemelo con el que comparte los conciertos?). El caso es que esta segunda parte de esta manera mejoró con creces las sensaciones y nos trajo al que para muchos es la última obra maestra de Dream Theater. La apertura hipnótica y tranquila de «Regression» se continuaba con una grandiosa «Overture 1928». Todos los temas fueron magníficos, pero en mi caso si me tengo que quedar con alguno sería con la melancólica «Through Her Eyes» con homenaje incluido a través de la proyecciones a músicos desaparecidos recientemente; la arabesca y muy metalera «Home» (una de las más esperadas por mi parte) y por supuesto la magistral «The Dance Of Eternity» que demuestra la perfección de todos los instrumentistas de la banda. Impresionante, de verdad.
El concierto concluyó con otro tema de su nuevo trabajo, «At Wit´s End» que sinceramente quedó algo rara (con gente aprovechando para abandonar el recinto). Probablemente sería mejor decisión acabar el show con el último tema de Metropolis 2, «Finally Free» que de hecho está pensando como lo que es, un final de un disco conceptual.
Por lo tanto, tuvimos sensaciones encontradas al salir. Dream Theater siempre son sinónimo de la mayor calidad instrumental y si Labrie está, la velada puede ser histórica. En este caso el cantante nos dio una de cal y otra de arena por lo que tampoco estuvo del todo mal. Por supuesto destacar su actitud en escena que ha ido mejorando con los años, interactuando con el público y dando protagonismo a sus compañeros cuando correspondía. El sonido por otro lado comenzó bastante regular con una agudos altísimos que hacían hasta daño a los oidos y una sonido de la caja de la batería excesivamente alto. Según avanzó el concierto todo ello se fue ajustando y los oídos acostumbrándose por lo que fue todo más llevadero en ese sentido. En el apartado visual las proyecciones acompañaron muy bien las canciones, especialmente en la parte del disco conceptual. Quizá se echó de menos ver a los propios músicos para disfrutar al detalle de su virtuosismo. En definitiva un gran concierto de estos dioses del progresivo, pero con claros y oscuros .
Entrada realizada por Javi Miralles, Coordinador de Rock Camp.
Vídeo del canal de youtube de oskartxarrak