La noche de ayer fue una noche para el recuerdo. Poder ver en directo por primera vez a unos ídolos de mi juventud como Paradise Lost es una experiencia única en la vida. Si a eso le añadimos que lo hacían presentando su excelente nuevo trabajo «Medusa» (2017) estábamos ante un caballo ganador.
Mi hora de entrada al evento estaba marcada por el inicio del concierto de Pallbearer, una banda americana a la que le sigo la pista desde hace un par de años gracias a la recomendación de dos fuentes muy interesantes y algo dispares como el blog Hipersónica y a la revista especializada This Is Rock. Me quedé sin ver a Sinistro, a los que prometo dar una escucha dentro de poco en compensación. Pallbearer dieron un concierto sólido con los 4 miembros de la banda en el frontal del escenario dándolo todo. Destaco esa colocación porque era muy curiosa. El centro lo ocupaban batería y bajo como si del corazón de un monstruo de Doom Metal se tratase. Mientras que las extremidades las representaban sus dos guitarristas, uno a cada lado, que intercambiaban riffs de ultratumba y solos muy bien metidos cuando lo requerían los temas. El guitarrista de la derecha era el cantante que al contrario de las voces graves de este estilo tiene una voz más aguda y que hace que la banda suene algo diferente. Un grupo con temas largos y densos que recomiendo desde aquí. No os defraudarán.
Tras Pallbearer llegó el momento de Paradise Lost. Tuve la suerte de poder colocarme bien cerca del escenario, ya que la sala no es muy grande. Es un privilegio poder ver de cerca a un grupo tan importante en la Historia del Metal. El concierto comenzó a las 21:35 y aquí viene la única pega que les voy a poner junto a no llevar teclista de apoyo, y es que el concierto duró una hora y media prácticamente clavada. A las 11:05 estaban terminando, por lo que me quedé con ganas de media hora más por lo menos. Es lo malo de una velada con 3 bandas en cartel. Pero bueno, al lío.
El concierto comenzaba con el cañero «From The Gallows», tercer tema de su último álbum del que interpretarían otros cuatro y que lógicamente iba a ser el protagonista de la noche. Entre todos ellos iban a caer grandes clásicos de la banda mezclados con temas de su última y afianzada etapa. De esta manera, tocarían en segundo lugar por ejemplo «Tragic Idol» de su álbum homónimo de 2012 seguida de la maravilla «One Second» que hacía que el público entrase en faena disfrutando al máximo del concierto. La primera época fue la que quedó un poco más olvidada y echamos especialmente de menos algún tema de «Lost Paradise» (1990) o especialmente de «Gothic» (1991), sobre todo teniendo en cuenta el magnifico estado de forma de la voz de Nick Holmes y el regreso de los guturales al día a día de la banda. Pero los 90 quedaron perfectamente representados con «As I Die», «Embers Fire» y «Forever Fairlure». Además tocaron «Erased» de «Symbol Of Life» (2002), el álbum que los comenzó a devolver a su sonido caracterísitico a principios de este siglo; sin olvidarnos de un muy coreado «Faith Divides, Death Unite Us» del álbum del mismo nombre de 2009.
Los temas del reciente «Medusa» sonaron potentes y fueron muy bien acogidos por el público, especialmente el demoledor «Blood & Chaos» que hizo que toda la sala se entregase al máximo. Otro álbum bien representado fue su anterior y magnífico «The Plague Within» (2015) con tres temas como el Gótico «An Eternity In Lies», el muy Doom «Beneath Broken Earth» y «No Hope In Sight» con el que regresaron para el bis. Un bis que se completó con el reciente pepinazo «The Longest Winter» que refleja a la perfección lo que es a día de hoy Paradise Lost. Para terminar, dejaron el super éxito «Say Just Words», que cerró un concierto casi perfecto si hubiese duraro un poco más.
Los cinco miembros estuvieron perfectos en su papel: el joven batería Adrian Erlandsson demostrando una técnica brutal en su intrumento; Stephen Edmonson arrollador con sus lineas de bajo excelentes, que aporta los cimientos a cada tema; Aaron Aedy a la guitarra rítmica era pura energía y simpatía con el público; Greg MacKintosh el genio zurdo siempre en la penumbra (su foco estaba apagado a posta) demostrandos su exquisito gusto a la guitarra solista; y por último, una de las mejores voces la Historia de Metal, Nick Holmes tremendo a la voz, pasando de los guturales a la voz melódica como quién no quiere la cosa.
En definitiva, como ya comenté en la entrada de 10 temas para conocer a Paradise Lost y en el análisis de «Medusa«, estamos ante una banda que vive una segunda juventud y que ha encontrado una identidad que les representa a la perfección y a la vez muestra todo lo que han sido, son y serán. Tenemos Paradise Lost para rato. Si estáis en Barcelona o Bilbao no dudéis ni un segundo en ir a verlos.
Entrada realizada por Javi Miralles, Coordinador de Rock Camp.
Buenas. Adrian Erlandsoon dejó Paradise Lost en 2014. El batería de este concierto se llama Waltteri Vayrynen. Un saludo. XD