Todo aquel que va al Sonorama Ribera sabe que aparte de lo que ocurre en el recinto del festival, es tan importante lo que ocurre en el pueblo. Aranda de Duero es un enclave precioso, lleno de historia y acoge a los “sonoritos” año tras año con los brazos abiertos, y buena parte de la culpa del buen ambiente lo tienen los conciertos gratuitos que se producen en distintos enclaves de la ciudad desde bien pronto por la mañana: La Plaza de la Sal, el Parque de la Isla o la Plaza del Rollo son sitios a los que peregrinar. No obstante, la palma se la lleva la Plaza del Trigo, que sirve además como escaparate perfecto a grupos que despuntan y que luego acaban consagrándose en los meses y años venideros.
Así que a las 12.00 de la mañana estábamos ahí para inaugurar el trigo, siendo Morgan los primeros en abrir fuego. Su soul-rock sonó preciso y precioso, y muy tranquilito, siendo una elección ideal para poco a poco ir cogiendo ritmo. Nina, su cantante (y corista de Quique González) derrochó sencillez, simpatía y una voz reservada a muy pocos.
Kuve subieron decibelios y ganas de bailar y pasarlo bien. Buen pop-rock independiente (destaco “3.0” como tema estrella) y grandes colaboradores como Sean de Second y Gabriel de Shinova, con quien se marcaron una versión del “La la la” de Massiel.
Otra de las claves del Trigo y del Sonorama en general son los conciertos sorpresa. En ocasiones aparece en los horarios del festival un hueco, un nombre en clave o directamente puede aparecer la sorpresa al acabar los conciertos programados en el recinto en cuestión. Al ser el 20 aniversario del festival, este año se esperaban novedades gordas, y la primera fue la aparición de Mikel Erentxun en el escenario Radio 3 de la Plaza del Trigo, que desgranó temas tanto de su sólida etapa en solitario como clásicos de Duncan Dhu. Tras él, Arizona Baby lo petaron, no hay mejor manera de expresarlo.
Por la tarde y ya en el recinto nos encontramos las primeras aglomeraciones y más problemas de sonido, que como hemos dicho ya fueron comunes. El Concierto Homenaje a los 20 años de Sonorama no defraudó. Una banda fija liderada por el productor Charlie Bautista fue encadenando éxitos del panorama indie español, invitando en la gran mayoría de los casos al cantante correspondiente: “Rincón exquisito” con Sean de Second, “La mujer de verde” con Mikel de Izal, “Ayer” con Jorge de La Habitación Roja, “Errante” con Juan Alberto de Niños Mutantes y muchos más. También cayeron guiños a los grandes ausentes del festival, Vetusta Morla y Supersubmarina. Particularmente disfruté mucho de la “Felicidad” lenta que se marcó Lichis y el fragmento de “Adelante Bonaparte” de Standstill que Enric Montefusco cantó agarrado a su guitarra. El fin de fiesta, con un “Turnedo” de Iván Ferreiro y sobre todo, el “Que no” de Deluxe, cantado por su compositor Xoel López y secundado por todos los cantantes que habían salido puso la guinda. Un absoluto 10 para la organización por montar algo así.
Se nos montaron un poco los horarios y no pudimos llegar más que a las tres últimas canciones de Siloé, pero nunca me cansaré de recomendárselo a todo el mundo: este cantautor vallisoletano en directo es mucho más que un mustio quejándose de lo que le pasa en la vida. Al contrario, sus directos son toda una celebración de la vida, que te hacen emocionarte, cantar y sentir que todo es posible.
Sí pudimos ver a los andaluces Full y, si bien tienen un directo impecable, no acaban de engancharme. No obstante, se los recomiendo fervientemente a todo fan de Supersubmarina e Izal porque su sonido es calcado.
A Loquillo tuvimos que verlo desde la zona de los food trucks porque no sólo de buena música vive el hombre. Como de costumbre, “El loco” fue todo un profesional y su directo lleno de Rock and Roll actitud seguro que embaucó a más de un escéptico.
El plato fuerte del día, Amaral, no defraudó ni un momento. Siempre he defendido que tienen uno de los mejores directos del país, y también fue así esta noche. Supieron conjugar a la perfección temas ya añejos con los experimentos folk, cañeros y electrónicos de su nueva etapa. Imprescindibles.
Ya cansados y vencidos un poco por el frío, hicimos el amago de volver al camping, lo que me hizo perderme a El Langui. Sin embargo, retomamos fuerzas y volvimos al recinto para dar buena cuenta de Dinero. La banda afincada en Madrid, ahora cuarteto, pisó el acelerador y nos dio un concierto trepidante en el que no se dejaron guardado ningún tema fiestero o cañero. “Una noche más” o sobre todo “En invierno” nos pusieron a bailar como si no hubiera un mañana. Pero lo había, y daremos buena cuenta de él en la próxima crónica.
La crónica del Día 1 del Sonorama Ribera 2017 la tenéis pinchando aquí.
Entrada realizada por Fran García Crespo, monitor de Rock Camp.
Muchas gracias por la informacion, esta espectacular saludos amigos.