Hoy os traemos el último disco de la gran esperanza del rock alternativo de este país, los cordobeses Viva Belgrado. Después de darse a conocer con dos discos y varios EP’s, llega “Bellavista”, su tercer disco y esperamos que su confirmación. Te lo contamos aquí.
El caso de Viva Belgrado es bastante curioso y antinatural. Todo aficionado a la música suele vivir un proceso según van pasando los años: sueles escuchar cosas cada vez más sutiles, cada vez más tranquilas, acorde a lo que suele ser el paso del tiempo en las personas. Sin embargo, conmigo ha ocurrido algo extraño cuando conocí a este cuarteto cordobés: nunca antes me había interesado el screamo o lo que comúnmente se llama “los gritos” hasta que vi hace varios años que su segundo disco, “Ulises” (2016), era considerado por muchas publicaciones como uno de los mejores discos del año en nuestro país. Y el caso es que me enganché. Investigué y vi que tenían varios EPs y un disco debut, “Flores, Carne”(2014) que no tenía tan buen sonido, pero que acabó de convertirme en creyente a su religión de post-rock con hardcore y screamo y que me llevó a descubrir a otros grupos del estilo como Boneflower o Altair (grupo que es #CanteraRockCamp). Y henos aquí en el momento en el que Viva Belgrao sacan su tercer disco….y parece que abandonan la senda de los gritos. Menuda confusión. Pero vamos a analizar el disco que es lo que cuenta.
«Una soga»: comienzo confuso, spoken Word, guitarras limpias, etéreas, letra descarnada, sin mucha metáfora que enmascare sentimientos
«Bellavista»: primer single, esta mierda no se puede salvar: textos sobre el reconocimiento que produce tocar en un grupo, satisfacción que no llega demasiado a sentirse
«Cerecita Blues»: pienso en dejarlo a menudo, sé que no lo haré, misma línea
«Más triste que Shinji Ikari»: influencia urbana, incluso del trap
«Un collar»: vuelven los de siempre: gritos y guitarras frenéticas y de repente, unos dejes flamencos mientras se queja en bajito
«Ikebukuro Sunshine»: ritmo entrecortado en el que marca la caja una barbaridad. La que más me gusta de esta nueva etapa. Cala Vento colaboran, y se ve su deje
«Vicios»: es quizá la que más me recuerda a Ulises, se enlaza con la siguiente
«Shibari emocional»: algo repetitiva
«Amapolita Blues»: la más de rock alternativo de los 90
«Lindavista»: el uso de acordes sorprendentes llevan a un pasaje extraño, con guitarras acústicas y un slide que nos transporta a un viaje mientras Cándido grita lejos del micro
«¿Qué hay detrás de la ventana?«: muy triste, al principio parece que cada uno va a lo suyo: bajo y batería por un lado y guitarra y voz por otro. Pero el tema se crece
Entrada realizada por Fran García Crespo, Monitor de Rock Camp.