Hoy os traigo la crítica del último disco de Leprous, Malina (2017). Este disco, para mi, fue el mejor del 2017, por lo que una crítica era obligatoria a esta obra maestra de los noruegos.
El disco, no nos vamos a engañar, no es de fácil escucha. Hay muchas cosas sucediendo a la vez en tiempos complejos, con desplazamientos, armonías… Eso sí, si ya conocías a Leprous o eres fan del Rock/Metal Progresivo como Giral, Malina es un disco perfecto en todos los sentidos. Está construido de tal manera que el oyente pasa por un viaje de tema a tema con subidas y bajadas de dinámicas.
Un recurso muy predominante son los crescendos en los temas con riffs o melodías muy marcadas. En temas como “Bonneville”, “Stuck”, “From the Flame” o “Captive”, los riffs y la batería van acompañando golpes secos mientras ambos crean sus propias melodías. Y, sobre todo este potaje de virtuosismo, la voz de Einar nos deleita con una serie de melodías agudas que viajan de arriba abajo por la escala como si de una rampa se tratase.
En conjunto, es un disco muy completo, que requiere de varias escuchas para ir viendo cómo se construye sobre si mismo. Y si encima, si ya eras fan de la banda de antes, podrás ver cómo han evolucionado hasta un punto muy dulce, quizás de aquí solo puedan ir para abajo, quién sabe.