Hoy os traemos otra de esas portadas que no pasan inadvertidas en una estantería de discos. La portada del primer disco de los inmensos Led Zeppelin era toda una declaración de intenciones. Se trata de un recorte cuadrado de la famosa foto de los últimos instantes en el aire del dirigible Hindenburg. En 1937 se disponía a tomar tierra en Nueva Jersey, cuando un fallo en los motores provocó un incendio que se propagó rápidamente al gas que inflaba el dirigible. El aparato se precipitó en una inmensa bola de fuego contra el suelo, provocando el fallecimiento de buena parte del pasaje, de la alta sociedad de la época. Este incidente causó un gran revuelo y prácticamente marcó el fin de la era de los dirigibles. El accidente quedó extensamente documentado, en fotografías y películas de la época.
Años después, Led Zeppelin estaban próximos a lanzar su primer disco, haciendo gala de un sonido extremadamente duro y pesado, alguien les comentó que su sonido era como un dirigible de plomo cayendo, y les gustó tanto el símil que decidieron adoptarlo como nombre de la banda (en inglés “lead” quiere decir plomo) y la portada no podía ser otra que alguna de las impactantes fotos del accidente del Hindenburg.
Y aquí tenéis la foto documental del momento en que se estrelló el Hindenburg en la que se basaron:
Entrada realizada por Pablo Giral, Monitor de Rock Camp.