Llegó el tercer día del Mad Cool y las sensaciones no podían ser más distintas a las del primer día. La muerte de un acróbata la noche anterior nos dejó sumidos en una sensación de desazón que no nos podíamos quitar. No obstante, decidimos hacer honor a la capacidad de sanación de la música y volvimos a la Caja Mágica a la espera de poder disfrutar a pesar del luto.
El sábado se caracterizó por la ausencia de lluvia (ya era hora) y por ser un cartel quizá más suave en lo respecto a decibelios. Llegamos justos para ver a Wilco. Tenía muchas ganas de por fin ver a Jeff Tweedy y compañía, y si bien fue un concierto sin mácula, me quedé con la sensación de que un teatro o una sala es un espacio más propicio para ver a estos representantes insignes del folk americano. Temazos como “Jesus, etc” no fueron ignorados, y en la última media hora echaron toda la carne en el asador con “Hummingbird”, “Spiders” o “I’m a Wheel”.
Manic Street Preachers fueron mi siguiente parada. El grupo galés trajeron lo mejorcito de su repertorio y su pop-rock noventero, de crítica social y con una potencia enorme nos dejó bastante noqueados. “Your Love Alone Is Not Enough” nos puso a todos a cantar, mientras que nos emocionamos con “If You Tolerate This Your Children Will Be Next” (se ve que no les gustan los títulos cortos). Brutales.
Aprovechamos para recargar fuerzas mientras vimos a Full, banda española en la línea de Izal y Supersubmarina, con un puntito más cañeros. Me quedé con la copla para otra ocasión, ya que era la hora de ir a ver al cabeza de cartel.
Kings of Leon experimentaron su mejor momento hará unos 10 años, pero se mantienen en un estado de salud envidiable. Su rock suave para todos los públicos fue tocado con oficio, pero a mi modo de ver, no con demasiada pasión. Parece ser que era la última fecha de la gira europea y vimos a unos músicos profesionales pero cansados. Sólo hits como “Use somebody” o la traca final de “Sex on fire” nos levantaron en condiciones. Reconozco que esperaba más. Una pena.
Y ya cuando estábamos prácticamente en retirada, vimos la sorpresa del festival. No es que habitualmente escuche la mezcla de electrónica, reggae, o música oriental que distribuye M.I.A., pero creo que puedo presumir de haber tenido siempre una mente abierta en cuanto a la música y ser capaz de reconocer a alguien bueno. Y lo de esta chica es excepcional: una presencia en el escenario impecable, una conexión con el público total y unas enormes ganas de expresar un arte distinto que bebe de influencias globales. “Paper planes” puso la guinda a un festival de claros muy claros y oscuros más oscuros, pero que no nos dejó indiferentes.
Entrada realizada por Fran García Crespo, Monitor de Rock Camp.