El pasado viernes asistimos al triple concierto de Leprous, The Ocean y Port Noir en la céntrica sala Shôko de Madrid. Leprous, quienes están ahora mismo en la cresta de la ola de la escena progresiva europea, venían presentando ‘Pitfalls’ (2019) su disco más tranquilo y melodioso (aunque con una sorpresa al final). The Ocean están cerrando el ciclo de ‘Phanerozoic I: Palaeozoic’ (2018), la primera parte de un doble disco más melódico también que sus predecesores, pero que conserva gran parte de la esencia de los alemanes. Por su parte, Port Noir se presentaban más como la sorpresa que lo esperado, puesto que pocos les conocíamos pero todos salimos contentos de su actuación.
Y es que este power trío sueco de rock alternativo/progresivo dio un concierto fuera de lo normal para una banda que abre este tipo de carteles. Con un sonido prácticamente impecable, su música caminaba por sí misma, haciendo que las cabezas de los asistentes se moviesen al ritmo de sus canciones. En tan solo media hora, dejaron una sensación de buen gusto en la capital, que, potencialmente, sólo echó en falta alguna que otra melodía pegadiza que se le quedase grabada en el cerebro.
Más tarde, llegaría el turno de The Ocean, para quienes se llenaría el escenario de humo previo a su entrada en escena. La producción de la banda tiene como objetivo crear un aura de intensidad muy potente sobre el público, usando tan solo unas pocas luces y estrobos sobre las tablas que se ven potenciadas por la abundante humareda. Con un repertorio protagonizado por temas de sus dos últimos discos, la banda alemana de metal progresivo consiguió levantar hasta a dos niños que parecían saberse cada una de las canciones de sus ídolos. Esto lo vio Loïc (cantante de la banda) en uno de sus saltos al público, y acabó subiendo a uno de los niños al escenario en “Firmament”, el cierre épico a un concierto magistral. Es la segunda vez que vemos a The Ocean este año, y os podemos asegurar que es una experiencia muy difícil de igualar, ya que funcionan cual reloj suizo y transmiten como el que más.
Marcaban aproximadamente las 21:00 de la noche y llegaba el momento de Leprous. Es cierto que su último largo ha podido dejar algo seco a más de uno que, acostumbrado a un festival de polirritmias y compases de amalgama, se ha encontrado más bien con un recital vocal de Einar Soldberg (cantante y compositor de la banda) acompañado de un ambiente más cercano al pop. No obstante, en directo la cosa cambia, y los temas cobran aún más fuerza e incluso nitidez que en disco.
Arrancaron con “Below”, single de ‘Pitfalls’ (2019) y continuación directa de su anterior largo, ‘Malina’ (2017), proclamado por un servidor como mejor disco de ese año, y, por el público genérico, de la carrera de Leprous. Y es que, aunque el set-list estuviese comandado por el último largo, como es lógico, faltó algún que otro tema más de ‘Malina’, ya que sólo pudimos oír “From the Flame” y “Stuck”. Sin embargo, la épica llegó de la mano del bis del concierto, con la joya “oculta” de ‘Pitfalls’, una obra maestra de 15 minutos llamada “The Sky Is Red”, donde Leprous sumerge al oyente en una atmósfera de intensidad y emociones a flor de piel como casi en ningún otro tema de su catálogo. Este regalo final fue algo único que posiblemente no volvamos a ver en un futuro.
Entrada realizada por Diego Solana, Monitor de Rock Camp.